Resumen
Este artículo analiza la resistencia del movimiento nativo-americano a reconocer y enfrentar el problema del sexismo al interior de las propias comunidades indígenas, y plantea la importancia de apoyar y desarrollar una agenda feminista nativa, como parte de las estrategias de descolonización de los pueblos originarios en Estados Unidos. La autora señala que, con mucha frecuencia, en las comunidades nativas se da por sentado que las mujeres indígenas deben defender un nacionalismo tribal que haga caso omiso del sexismo en aras de la sobrevivencia como mujeres y de la liberación de los pueblos originarios ante el colonialismo. Por el contrario, en este ensayo se afirma que las categorías
de análisis raza, nación tribal y género deben ligarse de manera no jerarquizada con el fin de abarcar la extensión de la opresión de las mujeres indígenas.