Resumen
El presente artículo analiza los primeros libros de recetas mexicanas (1830-1890) y su papel en la creación de una identidad nacional. Tres aspectos permiten considerar a los primeros recetarios mexicanos como uno de los proyectos más audaces e innovadores en la construcción de la idea de “mexicanidad”: en primer lugar, la valorización de los productos nativos del país; en segundo, la legitimación del español vernáculo y la implementación de un lenguaje culinario nacional y, por último, la emergencia de una nueva manera de concebir el tiempo histórico a partir de la apropiación y la reinvención de prácticas culinarias prehispánicas.